sábado, 12 de noviembre de 2011

Reflexiones tras el debate Rubalcaba-Rajoy

Como era de esperar el resultado del debate electoral fue dispar. Cada una de las partes y sus seguidores se apuntaron la victoria. En los medios de comunicación más de lo mismo y en la calle... en la calle, por el momento, todo sigue igual, como si no hubiese habido debate.

Las encuestas describen un escenario generoso para el Partido Popular, generoso e inmerecido. La herencia de la burbuja dejada al Psoe, nacida y criada a «los pechos peperos» y la connivencia con el sistema financiero internacional y los mercados le mantuvieron en la oposición tranquilo, esperando el momento, con la estrategia preparada, sabedores que como el problema económico no tiene solución a corto plazo, la UE con su receta particular sobre la crisis le haría el trabajo sucio.

Por su parte, en el seno del Psoe se debate entre si tenía o no que haber intervenido los mercados para intentar parar la catástrofe. A éste respecto, el partido renunció al marxismo para abrazar la socialdemocracia (XIII Congreso del PSOE, Suresnes 1974) y la verdad es que alguna vez me he preguntado si se leyeron la letra pequeña. Tengo la impresión que hoy en día, es aún un debate sin definir en la dirección adecuada en el seno del partido; ésto y la presión de la UE, para no ser arrastrados a una posible caída del euro, fue el detonante para que Zapatero tomara esa famosa noche de 9 o 10 de mayo de 2010 la que sin duda fue la más dramática de sus decisiones políticas; dejar de financiar sus políticas sociales (logros hasta el momento históricos) en beneficio de lo que él creyó un bien mayor: salvar el sistema financiero privado español, para no ser como Italia o peor aún, como Grecia.

Pero volviendo al debate. La intención de Rubalcaba era claramente la de desmontar ese silencio ambiguo que mantienen Rajoy y su equipo electoral; silencio que no esconde otra cosa que el cambio ideológico del Estado del Bienestar, adelgazándolo hasta la mínima expresión a través de los recortes (ya se están realizando en Madrid, Valencia, Castilla-La Mancha, Murcia o CIU en Cataluña), imponiendo su viejo sueño, el Liberalismo Económico. Una y otra vez el candidato socialista exponía sus argumentos, propuestas concretas, razonadas; a cada propuesta socialista, Rubalcaba incluía una pregunta al candidato popular sobre cual era su alternativa. En frente, Rajoy, mantenía la estrategia, «haré lo que tenga que hacer» era lo más concreto que salía de sus labios.

La finalidad de un debate electoral es conocer las nuevas propuestas de los candidatos, que se expongan encima de la mesa y queden enfrentadas, de esa manera los ciudadanos tendrán argumentos sólidos concretos para poder definir su voto en una dirección o en otra.

Pero el debate nacía desequilibrado, igual que la campaña electoral. La crisis económica y el paro, fueron el caldo de cultivo suficiente para que la derecha mediática contaminara con falsedades y medias verdades a una ciudadanía falta de argumentos y ávida de cabezas de turco responsabilizando como único culpable al Partido Socialista.

El Psoe, que en ningún momento declina su responsabilidad, trata de afrontarla dando un poco la vuelta a la situación con propuestas diferentes, que traten de dañar lo menos posible a los ya maltrechos ciudadanos, pero ya nadie escucha. El votante, escaldado, sin otros argumentos que: «estos nos arruinaron pongamos a los de enfrente; cambiemos a ver que pasa; seguro que los otros lo hacen mejor; demosles una oportunidad a los otros» alejados de todo argumento político, van camino de volver al pasado, al comienzo de la burbuja y a la desaparición de los avances sociales conseguidos.

Solo nos queda pelear, tratar de hacer ver a los ciudadanos que el Partido Popular no es una opción, no es ninguna opción, que su ambigüedad y silencio en torno a sus mensajes electorales está calculado de manera deliberada para que el ciudadano no descubra que el cambio que quiere sumar es el del Liberalismo Económico. Tenemos que defender el Estado de Bienestar, pelear por lo que queremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opina con respeto, gracias.