jueves, 27 de septiembre de 2012

El Poder Patronal frente al Poder Ejecutivo

La principal consecuencia de la crisis económica es que hay más de cinco millones y medio de desempleados, de personas que no pueden trabajar por mucho que ellos quieran, hombres y mujeres, con familias, hijos o padres mayores, a su cargo. Muchos de ellos sin subvenciones ni ayudas de ningún tipo, desesperados, dispuestos a aceptar cualquier cosa para poder llevar algo de dinero a casa.

Situación ideal que la derecha liberal, empresarial y económica, aprovecha cual predador frente a su presa. Escenario perfecto, para eliminar los derechos que sean necesarios para cambiar la balanza entre el trabajador y el empresario, entre el empleado y el empleador (como gustan de decir muchos patronos), se trata de afianzar todo lo posible el mango de la sartén en las manos empresariales.

Para ello, basta con mover los hilos políticos, hilos directos hacia Mariano Rajoy y sus ministros, Poder Ejecutivo en manos del «Poder Patronal», que fiel cual perro guardián, ejecuta las ordenes recibidas y cambia las leyes necesarias para convertir en legal la esquilmación de derechos y privilegios conseguidos hasta ahora por la clase trabajadora de forma legal, honesta y honrada a lo largo de la historia laboral.

El Partido Popular dirige el Poder Ejecutivo y es dueño y señor del Poder Legislativo, ello gracias a la mayoría absoluta otorgada por los españoles en los últimos comicios. En la práctica no controlan nada, el Poder Patronal, el Poder Financiero y el Poder Bancario controlan el país. Las ramificaciones de los dos últimos, Financiero y Bancario, superan sobradamente las fronteras nacionales viniendo de lugares centroeuropeos por todos conocidos.

Mientras tanto la ciudadanía sufre condiciones laborales cada vez más leoninas, y lo que es peor, el futuro nos depara un empobrecimiento aún mayor de esas condiciones. El ejemplo más claro es Eurovegas.

El magnate (yo diría... no, mejor no le pongo apelativo) Sheldon Adelson (no olviden su nombre) trae a este país un modelo de negocio y de crecimiento laboral-social absolutamente inmoral, indigno de una sociedad moderna, dinero fácil para unos pocos y pobreza laboral, cultural, social y económica para el resto.

De momento nos pide que pongamos la mayor parte del dinero que cuesta construirlo (dinero de los madrileños); el suelo, público, rural y con figuras de protección medioambiental que la Comunidad de Madrid está dispuesta a eliminar y recalificar en urbanizable (al menos el de Alcorcón); alteración de las condiciones fiscales para pagar cero euros en impuestos; y lo más grave de todo, alteración de las condiciones laborales, y digo alteración por suavizarlo, casi más bien eliminación, poco menos que piden estar al margen del estatuto de los trabajadores (aunque no lo digan), conocidos son los fuertes sentimientos antisindicales del octogenario judío-americano y su pelea contra toda forma de sindicalización y defensa de los trabajadores, algo que refleja claramente en su propuesta.

Esta «muestra» ilustra el futuro que nos espera; la precariedad laboral, el abaratamiento de la mano de obra, el empobrecimiento económico del trabajador, que de la noche a la mañana trabaja, en el mejor de los casos las mismas horas, si no más, pero por menos sueldo, por mucho menos sueldo. ¿La alternativa? La cola del paro.

Recuerdo que antaño se decía que el trabajo dignifica. La patronal siempre ha tenido mucha querencia a unir trabajo y dignidad con el claro argumento de que lo importante es ser digno, pero con un puesto de trabajo indigno y con un sueldo indigno, no puede salir una producción digna.

La salida de la crisis pasa por mejorar las condiciones laborales del trabajador para poder ser más competitivos, más dignos. Otra cosa es que solo unos pocos privilegiados quieran salir de ella a costa de mantener al resto en la más absoluta de las pobrezas; laboral, social, cultural, económica.