lunes, 24 de octubre de 2011

ETA y el camino hacia la paz

ETA, Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi y Libertad) anuncia el abandono definitivo de la lucha armada. Durante 53 años defendió la independencia de Euskal Herria (País Vasco, Navarra y País Vasco Francés) a través de la lucha armada, es decir, a través de la violencia, del terror, del asesinato.

Durante los años del franquismo encontró simpatizantes ajenos a la izquierda abertzale por considerar que su acción iba en contra de la dictadura, era una época donde las víctimas eran mayoritariamente miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, de un estado opresor y asesino.

Muerto el dictador e iniciado el camino hacia un proceso democrático y en libertad, se produce una escisión que termina con la aceptación en 1982 por parte de una facción de ETApm VII Asamblea de la amnistía de presos etarras, incluso con delitos de sangre, abandonando la violencia e integrándose en el partido político Euskadico Ezkerra (izquierda del País Vasco).

829 victimas después, acorralados, y sin argumentos ni apoyos, anuncian su claudicación. Los mecanismos democráticos se han impuesto bajo el paraguas de la Constitución. Mecanismos democráticos para todos iguales, también para ellos. Les hemos obligado a vivir en democracia enseñándoles con nuestro comportamiento cuales son las reglas, cuales los derechos y cuales los deberes.

Pero esto no ha terminado, lo que de verdad está en juego no es ETA, lo que está en juego es la estabilidad y la plenitud democrática; que un miembro de la izquierda abertzale pueda defender de manera democrática y pública la independencia de Euskal Herria y otro se lo pueda refutar, democráticamente.

La democracia no es una camiseta, ahora me la pongo, ahora me la quito, según me convenga. ETA pide negociar, y si seguimos con la argumentación democrática habrá que decirles que aquellos miembros de la banda armada que tengan delitos de sangre serán perseguidos (deberían entregarse), juzgados y si resultan culpables, deberán ingresar en prisión. La Constitución garantiza el Estado de Derecho (todas las personas son inocentes mientras no se demuestre lo contrario).

La normalidad democrática no pasa por acabar con ETA, pasa por integrar a aquellos miembros de la banda que no tienen delitos de sangre en la sociedad civil, participando si así lo quieren en la actividad política, demostrándoles que tienen otro camino, uno legítimo y legal, para defender sus ideas. No puede haber ni vencedores ni vencidos, no puede haber ni victorias ni derrotas, o en todo caso una única victoria, la de la democracia. El mejor gesto que podemos dar los demócratas es el perdón, con ello no damos la espalda a las victimas, las honramos, porque la venganza no cabe en nuestros argumentos democráticos. Nuestra concesión en esa negociación que reclaman es el mensaje de que aquí cabemos todos, bajo el paraguas de la Constitución, debatiendo cualquier idea de manera democrática.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opina con respeto, gracias.